No hay que dejarse llevar ni por el FOMO ni por el FUD. Hay que ser inversor inteligente.
No hay que dejarse llevar ni por el FOMO ni por el FUD. Hay que ser inversor inteligente. El codicioso siempre compra tarde y siempre vende temprano. El inversor inteligente le vende a los optimistas y le compra a los miedosos. Se preocupa en tiempos de codicia y es optimista en tiempos de miedo. No se deja llevar por el rebaño. La racionalidad y la paciencia son las virtudes primordiales del inversor inteligente. El enemigo es la irracionalidad del rebaño. Lo peor que podemos hacer es escuchar al populacho. Ojo, con los grandes titulares. Ojo, con las predicciones grandilocuentes. Ojo, con los supuestos influencers.